El Escuadron 731

 

 Las siniestras prácticas secretas de la Unidad 731 | SER Madrid Norte | Hoy  por Hoy Madrid Norte | Cadena SER

 

 

 

 El Escuadrón 731 fue una base militar japonesa que se dedicaba hacer experimentos en seres humanos pero a un nivel completamente peor, mucho peor que los experimentos de Josef Mengele (Ángel de la Muerte). Vamos hablar 3 cosas acerca de este escuadrón: Origen, Experimentos y El Final.



Origen

Escuadrón 731 - Wikipedia, la enciclopedia libre
Base del Escuadrón 731 en Harbin, China


 

 

 Durante La Segunda Guerra Mundial, existieron 2 grandes bandos, el cual estaban involucrados muchos paises: Los Aliados (Inglaterra, La extinta Unión Soviética y Estados Unidos) y El Eje (Alemania, Italia ya Japón).

 Italia, a pesar de apoyar a Alemania, tenia una alianza muy condicionada. Ambas naciones estaban gobernadas por regímenes fascistas, pero las concordancias llegaban hasta ahí y poco mas. Japón, por el contrario, fue durante aquellos años lo mas cercano que tuvo Alemania a un aliado ideológico completo.

La Junta Militar Japonesa, que gobernaba el pais tras la fachada del Emperador Hirohito, compartían los ideales nazi de cabo a rabo. Por ejemplo: habían razas superiores a otras.

Bajo el resguardo de esa ideología, se forma el Escuadrón 731 en la ciudad de Harbin, China, que en aquel entonces estaba ocupada por el Ejercito Imperial Japonés quien, en paralelo con la gran guerra liberada en Europa, ocupaban cada vez mas territorios en el gigante asiático. El ejercito japonés era, por mucho, muy superior al chino. 

A pesar de que Japón logro exterminar a mas de 1 millón de chinos durante la sangrienta guerra, razón por la cual hoy en día China le sigue cayendo mal a la isla vecina, lo que se proponía el Ejercito Imperial Japonés era tan ambicioso pero a la vez tenebroso, que no podían revelarlo al publico, Japón estaba deseosa de hacer lo mismo que Alemania, o se hace, incursionar a pasos agigantados en el campo de la tecnología militar. El termino “armas biológicas ” no solo estaba de moda, sino que atraía enormemente al gobierno nipón, por lo que despacharon a sus mejores doctores y científicos para un proyecto secreto.

Bautizados ahora como el Escuadrón 731, convirtieron una planta de purificación de agua en la ciudad de Harbin (China) en un laboratorio enorme puertas adentro fuertemente resguardado por poderío militar japonés, lo que sucedería dentro de aquellas paredes pasaría a la posteridad como alguno de los momentos mas oscuros y míseros de la humanidad.

El escuadrón 731 conseguía ganado humano para sus experimentos. Prisioneros de guerra, tanto civiles como militares de origen chino, mongol o ruso. Todos eran cuidadosamente seleccionados. Los que tenían suerte eran ejecutados. Los que no tenían suerte vivirían calvarios que están mas allá de la imaginación.

 

 

 

Experimentos

 Shiro Ishii, el criminal de guerra japonés 

 Los científicos japoneses ya llevaron un tiempo intentando crear enfermedades de laboratorio. Los primeros intentos, debido a la época, fueron muy básicos, experimentaban con variaciones de gérmenes del cólera, tifus, difteria, botulismo, ántrax, muermo, brucelosis, disentería, sífilis, peste, etc., para analizar el desarrollo de las enfermedades y probar la efectividad de ciertas vacunas.

A algunos se les dejaba morir, mientras que los doctores llevaban cuenta de que tan efectiva y agresiva había sido la enfermedad. A otros sin embargo, se les llevaba a la fuerza a los quirófanos. Ahí se les amarraba y se les abría el estomago para removerles los órganos uno a uno, ¿Por que? Porque los doctores no querían correr el riesgo de que la descomposición afectara los resultados, aparte, mantenerlos vivos durante estas intervenciones les permitía estudiar otros efectos.

No se les daba anestesia antes de una operación, puesto que no solo abarataba costos, sino además, querían estudiar hasta que punto un hombre, una mujer, un niño o incluso un bebe podía aguantar el dolor. No hubo compasión alguna.

Las víctimas eran forzadas a comer alimentos infectados o a beber líquidos contaminados, o bien se les obligaba a portar objetos o ropas contaminadas. También se utilizaron cobayas humanos para probar la eficacia de las armas convencionales y de agentes químicos y biológicos como armas de guerra: se usaron blancos humanos para probar la efectividad de granadas, lanzallamas o bombas explosivas, se les obligaba a beber iperita o se les exponía a ácido cianhídrico y gas mostaza.

A diario se efectuaban operaciones donde a los sujetos de prueba, de todas las edades, se les removía el esófago, los intestinos, los pulmones y el hígado. Esto servía como entrenamiento para los doctores, que buscaban ver no solo cual era la resistencia humana, sino cuanto podían manipular un cuerpo vivo sin matar al paciente. Lamentablemente, algunos tuvieron la desgracia de sobrevivir a estas operaciones. Se les quitaba un órgano y se les volvía a reinsertar, de este modo entrenaban al personal y a veces, por los mismos propósitos amputaban piernas y brazos.

Mas tarde se les dio por estudiar de cerca la gangrena, de la que no se sabia tanto como hoy (que es posiblemente curable y que también requiere de atención medica urgente), por lo que curaban mal algunos pacientes a propósito para ver que tan rápido la putrefacción se esparcía y finalmente, mataba a un ser humano.

El Escuadrón 731 era sumamente ordenado, por lo tanto, separaban el laboratorio en distintas areas y desde la puerta de entrada, cada departamento tenia sus prisioneros de guerra para jugar. (Ya discutimos el área de cirugías, amputaciones y disecciones. Comenzaremos ahora con el área de pruebas de enfermedades y armas químicas).

En esta área los prisioneros eran inoculados con enfermedades venéreas, tales como la gonorrea y la sífilis para estudiar el progreso de las mismas en los pacientes. Obviamente, no les daban medicación alguna, porque querían saber que tan rápido podían matar estas enfermedades a una persona, por no hablar de las etapas de gestación del virus. Fruto de lo que estudiaron en esta área del escuadrón fue usado en la guerra contra China, los japoneses fueron de los primeros en usar armas biológicas, que resultaron en la infección de cólera y muertes por ántrax en distintas regiones del gigante asiático. Disfrazaban ayuda humanitaria en la forma de ropas y comidas que estaban cuidadosamente infectas con la plaga bubónica, lo que obviamente ocasiono una epidemia masiva que desemboco en la muerte de 400 mil civiles.

Mientras tanto, en los laboratorios del escuadrón, se solían inyectar todo tipo de sustancias toxicas contaminadas a las victimas para ver como reaccionaban estas, que efecto surtían. Una de las mas famosas fue inyectar orina de caballo en los riñones de una mujer embarazada.

A pesar de que el departamento de armas biológicas fue el mas temido y aterrorizante de toda la unidad, no se puede dejar de mencionar el laboratorio de pruebas de armamentos.

Aquí los prisioneros morían rápido, pero en circunstancias atroces. Se amarraban personas a palos o se encadenaban a paredes y se les arrojaban granadas de manufactura japonesa, nada mas para probar la efectividad de las mismas. Sin embargo, no solo probaron granadas en seres humanos, también hicieron test con otro tipo de armamentos. Por ejemplo: bombas y lanzallamas.

Había un departamento misceláneo, en donde se hacían otro tipo de experimentos cuyos frutos arrojaban datos muy interesantes para estas personas. Por ejemplo: que tanto podía soportar un ser humano temperaturas extremas antes de que su cuerpo se rindiera; que pasa si a un ser humano le haces una transfusión de sangre animal; que pasa si se somete a una persona a dosis letales de rayos X; que tanto puede estar enterrado un individuo bajo tierra antes de sofocarse o si la transfusión de agua de mar en el torrente sanguíneo de un hombre podía ser un sustituto para la solución salina que comúnmente se usa en los hospitales.



Un dato interesante y a la vez indignante. 

El doctor Shiro Ishii (el monstruo responsable que estuvo a cargo del escuadrón 731, el hombre que mando a asesinar y también asesino con sus propias manos a una suma total de mas de 10 mil personas, el hombre que jugo a ser Dios provocando abortos para ver que reacción física y psíquica tenia sus victimas, aquel que hizo experimentos con bebes), no pago por ninguno de estos crímenes y que supero a Josef Mengele.





El Final

 

 Shiro Ishii, el criminal de guerra japonés

 

 Cuando Japón se hallaba derrotada por los Estados Unidos, volaron en pedazos el laboratorio del escuadrón y se mando a asesinar a todos los sujetos de prueba que continuaban con vida. Sin embargo, las atrocidades fueron demasiadas como para ocultar completa y fácilmente los hechos, había demasiados testigos, por ello, el doctor Ishii fue encarcelado temporalmente.

Poco tiempo después, el general Douglas MacArthur pauto una reunión secreta con Ishii, en la cual le ofreció un trato que no podía rechazar: recibiría un indulto por todos sus crímenes atroces, pero solo si compartía sus conocimientos con el ejercito estadounidense.

Se puede hablar de todas las atrocidades que este hombre ha cometido, pero aunque suene despreciable de mi parte, sus avances en el campo medico fueron sin duda una de las mas impresionantes de la historia.

 

 





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